12 de noviembre de 2025
El norte de Bogotá es el lugar donde el pulso cosmopolita de la capital se encuentra con su pulso creativo. Entre los tejados relucientes de la Zona T y el encanto colonial de Usaquén, este distrito captura lo mejor de Bogotá: arte, arquitectura, gastronomía y ese ritmo característico que se siente a la vez sofisticado y crudo. Es la Bogotá que se mueve lentamente a la luz de la mañana y luego baila hasta el amanecer.
Aquí, el aire andino lleva el aroma del café tostado y del eucalipto empapado por la lluvia. Diseñadores, chefs y soñadores llenan sus calles, y la ciudad se siente menos como una capital y más como un estudio vivo. Es un lugar para saborear, que recompensa la curiosidad, la paciencia y el apetito por la belleza.
A continuación te presentamos la guía definitiva de los barrios más magnéticos del norte de Bogotá, cada uno de los cuales revela una nota diferente en la sinfonía de estilo y alma de la ciudad.
Zona Rosa & Zona T - Donde Bogotá cobra vida
El pulso del lujo y la vida nocturna
Zona Rosa-anclada en la peatonal Zona T- es el corazón eléctrico de Bogotá, donde la alta costura, la alta gastronomía y los cócteles en las azoteas fluyen juntos como un martini bien mezclado. De día, brilla con las boutiques y el ritmo constante de las máquinas de café. Por la noche, el ritmo aumenta: las risas se esparcen por las calles y el aire zumba con bajos y perfumes.
Dónde comer
Osaka Bogotá es un templo de la fusión nikkei tenuemente iluminado, donde la precisión japonesa se une al estilo peruano. En el mostrador, los cocineros se mueven como bailarines, cortando, quemando y emplatando con delicadeza. El tiradito con ponzu de trufa y el nigiri de Wagyu con espuma de wasabi parecen demasiado bonitos para comerlos. Dentro, la sala resplandece con tonos cobrizos, la luz de las velas y un murmullo de tranquila expectación.
Harry Sasson es la referencia culinaria de Bogotá. Ubicado en una majestuosa mansión de ladrillo enmarcada por exuberantes jardines, consigue dar sensación de grandeza e intimidad a la vez. Sus carnes a la leña son legendarias: el lomo al trapo y el pulpo a la brasa. Cada plato cuenta una historia de artesanía y consistencia; cada rincón parece atemporal.
CASA destila el paisaje de Colombia en elegancia minimalista. Con su cocina abierta y su geometría de hormigón suavizada por la madera, es a la vez crudo y refinado. El ceviche de palmito y la carne de cerdo braseada con cacao están profundamente arraigados en la tierra colombiana, pero emplatados con sensibilidad global. Es la alta cocina de Bogotá en su forma moderna más pura.
La Brasserie sigue siendo una carta de amor a París. Imagínese manteles blancos, la luz de las velas brillando en las copas de vino y el tenue aroma de la mantequilla y el tomillo en el aire. Filetes fritos, ostras y Chablis crujiente: un ritual que nunca pierde su encanto.
Para un confort con chispa, La Fabbrica aporta calidez a través de su horno de leña y sus cortezas doradas. Sus pizzas llegan perfumadas con albahaca y aceite de oliva, sus pastas hechas a mano satisfacen el tipo de hambre que sólo la risa y el vino tinto pueden seguir.
Via del Cuore y Storia D'Amore ofrecen romanticismo a la luz de las velas, tonos terracota y comodidad italiana hecha elegancia. Sus risottos, pastas trufadas y tiramisú parecen unas vacaciones en la Toscana con el corazón de Bogotá latiendo debajo.
Y para el teatro sensorial, Elcielo es inolvidable. El chef Juan Manuel Barrientos transforma los ingredientes colombianos en una experiencia que desafía cualquier definición: texturas, aromas y emociones que se despliegan con cada bocado. Una cena aquí se siente menos como una comida y más como la narración a través del sabor.
Dónde beber
La vida nocturna de la Zona T es una historia de amor entre sofisticación y espontaneidad.
Comienza en Azotea del Astoria, donde el horizonte de Bogotá centellea bajo el cielo abierto. Tómate un gin-bahle mientras observas las nubes sobre las montañas.
Azotea Federal zumba con una energía elegante, sus paredes botánicas y sus barandillas de cristal enmarcan puestas de sol dignas de contemplarse. Presea ofrece la misma elegancia con un toque latino: cócteles con mezcal, luz tenue y música que se mueve con la noche.
Para el color local, El Mono Bandido Zona T es diversión sin pretensiones: cerveza artesanal, sliders y un público que no para de reír.
Bar Huerta parece un invernadero urbano: plantas exuberantes por todas partes, cócteles elaborados con hierbas frescas cultivadas in situ y un aroma a cítricos que flota en el ambiente.
Si prefieres el ambiente de los bares clandestinos, Pravda ofrece terciopelo oscuro, susurros de jazz y martinis elaborados con precisión obsesiva.
Por último, termine la noche en Bambule, una jungla urbana que sólo transmite buenas vibraciones.
Café
Incluso aquí, en medio del lujo, el café sigue siendo sagrado.
Tostadores de café Libertario marca la pauta: elegante, moderno y obsesivo con los detalles. Pida un café con leche y le guiarán a través de historias que van del Huila a Nariño.
Casa Café Cultor Zona Rosa aúna sostenibilidad y arte. Cada grano es trazable; cada taza, un pequeño acto de apoyo a la comunidad. Las paredes exhiben fotografía local, el aire huele a cacao y a conversación.
Café Monstruo se siente bohemio: murales pintados a mano, sillas desparejadas y una multitud de jóvenes creativos amamantando capuchinos e ideas.
Y para los amantes del diseño, Café Colo ofrece minimalismo nórdico, luz diáfana y el espresso más equilibrado de la ciudad.
Compras
Luego están las compras. Centro comercial Andino, El Retiro, y Atlantis Plaza brillan con el lujo internacional, pero el verdadero tesoro está en los talleres locales.
En Casa Santamaría y San Dom, La moda colombiana florece en ricos tejidos y siluetas intrépidas. La Percha presenta a diseñadores independientes; Ba Hue impulsa la fluidez de género y la estética vanguardista.
Iconos del vestuario femenino de Bogotá - Silvia Tcherassi y Amelia Toro - convierten cada puntada en poesía. Sus boutiques parecen galerías privadas, llenas de sedas que reflejan la luz y el ritmo del país.
Parque de la 93 & El Chicó - El Arte del Ocio
Si la Zona T es Bogotá en movimiento, el Parque de la 93 es Bogotá a gusto. Aquí las mañanas empiezan con la luz dorada que se filtra entre los ficus y el suave tintineo de los platos del desayuno en las terrazas abiertas. Es donde la ciudad respira, pulida pero relajada, cosmopolita sin prisas.
Dónde comer
Restaurante Mambo Latin Nikkei deslumbra con su fusión de especias peruanas y delicadeza japonesa. El tiradito con glaseado de ají amarillo y el bacalao negro marinado con miso son los favoritos del público. En el interior, las maderas cálidas se mezclan con la luz tenue y el murmullo de la satisfacción.
Piazza de Storia D'Amore trae a Bogotá el espíritu de una plaza italiana. Las luces de hadas cuelgan sobre los comensales que comparten pizzas cubiertas de burrata y jamón serrano, y cada Negroni llega perfectamente frío.
Cosecha encarna la estética moderna y saludable de Bogotá: interiores luminosos, materiales naturales y una carta elaborada con cereales locales, trucha fresca y productos de temporada.
Restaurante Cuzco equilibra la elegancia con la exuberancia: ceviches rebosantes de lima, paellas de marisco y flores tropicales en cada mesa.
Le Grand Chicó 92 evoca la vieja Europa. En el interior, una cálida luz ámbar resplandece en las paredes color crema, mientras los camareros se deslizan entre las mesas sirviendo confit de pato y Burdeos.
Y para algo sustancioso, DonDoh Bogotá convierte la llama en arte. La parrilla robata crepita, iluminando la sala. Las carnes se caramelizan en el humo y el fuego, y cada bocado se recubre de umami y artesanía.
Dónde beber
Sólo hay un sitio por donde empezar: Apache Rooftop Bar en lo alto del Hotel Click Clack. Al anochecer, las montañas se tiñen de añil, el aire se enfría y la ciudad empieza a brillar. Los cócteles llegan en copas de cristal, las hamburguesas chisporrotean en la parrilla y las risas ondean al aire libre.
Café
El café en Chicó es a la vez ritual y refugio.
Café Azahar Parque 93 es una tostaduría y un café en uno: los baristas pesan los granos al gramo, cocinan la leche al vapor hasta obtener un susurro sedoso y cuentan historias de pequeñas granjas de Antioquia y Huila.
Cafetería La Mata se siente como en casa: sofás bajos, suaves listas de reproducción y un café espresso rico y profundo sin amargor.
Cofibinz es una escapada minimalista para nómadas del portátil y pensadores tranquilos, mientras que Del Salto Cafés Especiales se esconde tras muros de hiedra y sirve unos refrescos tan delicados que saben a rocío matutino.
Qué hacer
El propio parque es la pieza central. Los fines de semana, exposiciones de arte al aire libre y ferias de artesanía llenan su perímetro. Por la noche, se proyectan películas, se escuchan tríos de jazz y se percibe el aroma de las arepas frescas de los puestos cercanos.
Al otro lado de la calle, Museo del Chicó ofrece serenidad colonial: una hacienda del siglo XVII rodeada de cuidados jardines. En el interior, los muebles antiguos y las tranquilas habitaciones evocan una Bogotá más lenta y elegante.
Para ir de compras, la cercana Carrera 11 rebosa de boutiques de diseñadores locales, estudios de cerámica y joyería elaborada con minerales andinos.
Usaquén - Donde la tradición se une a la bohemia chic
En el extremo norte de Bogotá, Usaquén parece un pueblo atrapado en el tiempo: calles empedradas, paredes encaladas, tejados de terracota. Sin embargo, dentro de esas fachadas coloniales, encontrarás tiendas de diseño, vinotecas y cocinas experimentales que han convertido este barrio en un enclave de visita obligada.
Dónde comer
Abasto es el corazón de Usaquén. Mesas de madera rústica, cocinas abiertas y un menú basado en productos colombianos -yuca, arracacha, cacao, plátano- reinventados con frescura y delicadeza. El desayuno es legendario: arepas de chócolo goteando queso, miel local sobre fruta y café tostado a la perfección.
Café San Alberto lleva el café a nuevas cotas. Cada degustación es una educación sobre el terruño, servida con precisión y una narración que convierte la cafeína en cultura.
El Mediterráneo se siente como una brisa marina después de la lluvia: paredes encaladas, azulejos azules y platos de paella y pescado rociado con limón que saben a costas lejanas.
La Mar Cebichería estalla de luz, risas y lima. Los ceviches cantan con cítricos y especias, servidos con pisco frío y la alegría de un verano costero.
Dónde beber
Bar de ron Pedro Mandinga es una revelación: ritmos caribeños, carteles vintage y cócteles de ron con canela y piel de naranja. El aire bulle de vida y los mojitos saben a luz del sol.
Cultura
Los domingos llega el mercadillo de Usaquén, uno de los rituales más encantadores de Bogotá. Bajo banderas ondeantes, los artesanos exponen cuero, cerámica y joyas hechas a mano. Los músicos callejeros tocan la guitarra y el olor a empanadas inunda el ambiente.
Cerca de allí, la Hacienda Santa Bárbara transforma una finca colonial en una elegante galería comercial: arcos, patios y boutiques que brillan bajo baldosas de terracota.
Chapinero Alto - El corazón creativo e inclusivo de Bogotá
Atrevida, ecléctica y llena de energía creativa, Chapinero Alto es el centro neurálgico de la expresión artística, la cultura inclusiva y la gastronomía innovadora de Bogotá. Aquí, los murales trepan por las fachadas de ladrillo, las boutiques independientes exhiben diseños atrevidos y la vida nocturna LGBTQ+ bulle de orgullo y vitalidad.
Deambulando por sus calles, encontrará cafés que parecen galerías de arte, bares con cócteles artesanales escondidos tras puertas discretas y restaurantes donde los ingredientes locales se convierten en platos de talla mundial. Chapinero Alto es donde la autenticidad de Bogotá se encuentra con su espíritu vanguardista.
Dónde comer
Mesa Franca es una piedra angular de la gastronomía moderna de Bogotá. Ubicado en una casa adosada restaurada con ladrillo visto, madera cálida e iluminación tenue, el restaurante transforma ingredientes locales colombianos -casava, guayaba y achiote- en innovadores platos de degustación. Cada plato es una historia: el pescado amazónico con espuma de coco evoca las texturas de la selva, mientras que el cerdo braseado con café conecta el altiplano con la tradición culinaria. El servicio equilibra amabilidad y experiencia, haciendo que cada comida sea íntima y memorable.
Mini-Mal es experimental y lúdico. La cocina abierta permite a los comensales ver cómo los chefs reinterpretan la biodiversidad colombiana de formas ingeniosas. Platos como la trucha ahumada con puré de frutas tropicales o la quinoa con hierbas andinas demuestran un arte que mezcla ciencia y cocina. Los interiores minimalistas e iluminados por el sol y la música cuidadosamente seleccionada completan la experiencia sensorial.
El Chato, dirigido por Álvaro Clavijo, es el faro de clase Michelin de Chapinero Alto. Su diseño elegante y moderno contrasta con los ingredientes rústicos, mientras que sus menús degustación cuentan historias del terruño colombiano. Desde albóndigas de maíz infusionadas con trufa hasta ceviches sutilmente especiados, cada plato está meticulosamente compuesto, y cada bocado perdura mucho después de que el tenedor abandone el plato. El ambiente es refinado pero accesible, perfecto para los gourmets aventureros que buscan innovación sin pretensiones.
Barbacoa La Fama ofrece una energía contrastada y relajada. Uno de los favoritos de los locales, sirve carnes ahumadas cocinadas a fuego lento con salsas atrevidas y mesas compartidas que fomentan la conversación y las risas. Es el contrapunto perfecto a los establecimientos de alta cocina del barrio, ya que da más importancia al disfrute en común que a la presentación formal.
Dónde beber
Los bares de Chapinero Alto reflejan su identidad creativa e integradora.
Bar La Negra es un refugio retro-caribeño lleno de música en directo. Piense en murales vibrantes, sillas de ratán y el sonido del jazz o la salsa flotando en el aire. Sus cócteles son equilibrados pero divertidos: ponches de ron con frutas tropicales y mojitos de hierbas que parecen un cálido abrazo.
El Mono Bandido Chapinero es un clásico del barrio. Cervezas artesanales de cervecerías locales se combinan con hamburguesas gourmet, mientras que los asientos informales animan a quedarse. Es el lugar donde los lugareños se encuentran con los expatriados, los amigos se reúnen después del trabajo y las conversaciones fluyen tan libremente como el lúpulo.
Casa de Orleans canaliza el espíritu de Nueva Orleans. Las banquetas de terciopelo, la iluminación ambiental y las melodías de jazz crean un ambiente sensual y acogedor. Sus cócteles a base de bourbon, siropes infusionados y amargos cuidadosamente seleccionados demuestran una mixología a la vez lúdica y sofisticada.
Café
Chapinero Alto honra el café como artesanía y cultura.
Café Colo Chapinero combina precisión y personalidad. Los baristas explican el origen de los granos, los perfiles de tueste y las técnicas de preparación mientras sirven café espresso y de filtro que pone de relieve la diversidad regional de Colombia. Cada taza es una lección de sabor, equilibrio y pasión.
Varietale Javeriana, situado cerca del campus de la Universidad Javeriana, ofrece una experiencia íntima y luminosa. Sus cafés de origen único rotan estacionalmente, y la cafetería funciona como un centro creativo para estudiantes, artistas y viajeros por igual. El diseño minimalista de las mesas, la vegetación colgante y la suave luz natural animan a quedarse leyendo libros, haciendo bocetos o conversando tranquilamente.
Teusaquillo y Park Way - Encanto intelectual y calma creativa
Amplios bulevares bordeados de jacarandas y eucaliptos definen el paisaje. Teusaquillo y el corredor de Park Way. Este es el corazón intelectual de Bogotá: barrios tranquilos donde pasean escritores, artistas y profesores, las bicicletas zumban por los bulevares y los cafés parecen extensiones de las salas de estar.
Dónde comer
La Kasta mezcla la sencillez mediterránea con ingredientes colombianos. La luz del sol se cuela por sus rústicas mesas mientras el aceite de oliva, los tomates asados y los quesos artesanales perfuman el ambiente. Sus pastas caseras y su trucha a la parrilla son a la vez locales y continentales, reflejo de la cosmopolita paleta de Bogotá.
Habibi trae el Levante a los Andes. Dentro, las linternas cuelgan del techo, la luz baila sobre las baldosas estampadas y platos como el falafel, el shawarma de cordero y las hojas de parra rellenas equilibran especias y delicadeza. Es como un hogar lejos de casa para los viajeros que buscan sabor con corazón.
Collage Sandwich Bar es desenfadado pero muy cuidado. Los panes locales de masa madre se combinan de forma creativa: trucha ahumada con aguacate, remolacha asada con queso de cabra o plátano dulce con panela. El café de los mejores tostadores de la ciudad complementa cada bocado.
Wok y Sonrisa de huevo proporcionan un puente internacional: fusión asiática, sushi y abundantes brunchs, cada uno de ellos emplatado con precisión. Incluso los humildes cuencos se elevan a través de la presentación y la frescura de temporada.
Dónde beber
La escena de los bares de Teusaquillo es discreta, invita a la exploración más que al espectáculo.
Rakata ofrece veladas íntimas con listas de reproducción seleccionadas y una mixología que hace hincapié en los licores locales.
Jack y Baco marida cervezas artesanas con platos de tapas, un acogedor mostrador de bar donde las conversaciones se prolongan hasta bien entrada la noche.
Cervecería Statua Rota y La Bodega BBC sirven las cervezas artesanales más cuidadas de Bogotá, elaboradas in situ prestando atención a los ingredientes, el sabor y la sostenibilidad.
Cervecería Hops & Barley combina zonas verdes al aire libre con cervezas locales cuidadosamente seleccionadas. Mientras tanto, Vinos del Parque Taninos atrae a entusiastas del vino que buscan botellas poco comunes y maridajes bien pensados en un ambiente relajado y sofisticado.
Café
Quipile Café de Origen, Coffelia, y Tostadores de café de Bogotá definen el panorama de cafés especiales de Teusaquillo. Los granos proceden de pequeñas explotaciones colombianas y se tuestan en la propia cafetería; los baristas se encargan de cada paso con precisión. Aquí, el café no es solo una bebida, es un ritual de meditación, perfecto para escritores, artistas y viajeros que disfrutan de las mañanas lentas.
Cultura
Teusaquillo y Park Way son incubadoras culturales. Casa E Borrero Acoge teatro, exposiciones de arte y representaciones experimentales en una atmosférica villa. Librería Casa Tomada, una querida librería y cafetería independiente, es también un centro literario donde los amantes de la lectura y las mentes creativas se reúnen para tomar café y conversar.
Paseando por estas calles, se percibe una armonía de reflexión y creatividad, un equilibrio de vida y arte que Bogotá alimenta silenciosamente en el norte.
Quinta Camacho - Encanto de cuento
Enclavada entre Chapinero y la Zona G, Quinta Camacho parece sacada de un cuento de hadas europeo. Fachadas de ladrillo rojo, muros cubiertos de hiedra y anchas calles adoquinadas confieren a este barrio una estética de postal.
Dónde comer
Abasto Quinta es el cálido ancla culinaria del barrio. Los productos locales se transforman en refinados platos colombianos: trucha con panela glaseada, puré de yuca y acompañamientos de maíz asado. Cada bocado cuenta una historia de región y temporada.
Takuma Cocina Show sorprende con una fusión panasiática. La tempura japonesa se une a las frutas tropicales, las especias coreanas se mezclan con las hierbas andinas, y la presentación teatral hace que la cena sea tan entretenida como deliciosa.
Restaurante Nueve ofrece una sofisticación discreta: menús de degustación íntimos, maridajes de vinos artesanales y platos que equilibran la inspiración global con el abastecimiento local.
Pastelería Rose es un santuario para los amantes de la repostería. Los cruasanes se desmenuzan bajo las suaves manos, las tartas de chocolate brillan bajo el sol de la mañana y el café bulle con la charla de vecinos que llevan décadas acudiendo.
Restaurante Izumi Bogotá canaliza una refinada cena panasiática con elegantes emplatados, sabores sutiles y una decoración que mezcla el minimalismo japonés con la calidez colombiana.
Santa Juana Gastrobar combina un diseño elegante con una cocina colombiana moderna. Jazz suave, mesas de madera y cócteles artesanales complementan platos reconfortantes como empanadas de carne y panceta de cerdo cocinada a fuego lento.
Castanyoles completa el panorama culinario del barrio con un toque mediterráneo. Las tapas llegan como pequeñas obras de arte -vívidas en colores, atrevidas en sabores- y el servicio es tan atento como inspirada es la cocina.
Zona G - La corona gourmet de Bogotá
Zona G, abreviatura de Gastronómica, es el tranquilo centro culinario de la ciudad. Aquí, la gastronomía refinada, los cócteles artesanales y los cafés especiales se mezclan con un lujo sutil.
Dónde comer
MASA 70 es a la vez cafetería y destino gastronómico. Los pasteles de la mañana se deshacen en la boca, los whites planos se cocinan al vapor en delicadas tazas, y por la noche se sirven platos de temporada, pastas trufadas y panes artesanales con ingredientes locales.
Dos Lugares combina el arte modernista con las tradiciones culinarias colombianas. Los platos se componen como mini esculturas: texturas, colores y sabores convergen en un espacio elegante y acogedor.
La Herencia interpreta los clásicos colombianos -ajiaco, empanadas y verduras frescas del mercado- desde una óptica moderna y centrada en el diseño. El ambiente es acogedor y sofisticado a la vez, e invita a comer despacio y a conversar.
Treme juega con sabores globales: técnicas al vacío, mezclas únicas de especias y un emplatado ingenioso hacen de cada plato una declaración de intenciones.
Bares
La vida nocturna de la Zona G es un refinado laberinto:
KYN se esconde tras cortinas de terciopelo, con cócteles elaborados como obras de arte y un diseño de iluminación que parece cinematográfico.
Coctelería CARONTE es elegante e íntimo, ideal para los puristas que buscan el equilibrio perfecto entre licores locales y estilo internacional.
Boulevardier recoge la cultura parisina de la coctelería con el toque bogotano: técnica del viejo mundo, diseño contemporáneo y sentido de la ocasión en cada copa.
Paradisco y FANTASMA cada uno de ellos ofrece un ambiente diferente -desde veladas con toques de jazz hasta experimentos lúdicos con cócteles- manteniendo la discreta elegancia de Zona G.
Dónde alojarse - Hoteles del norte de Bogotá
El norte de Bogotá alberga hoteles que combinan confort, diseño y un servicio impecable. Cada propiedad permite a los viajeros sumergirse de lleno en la sofisticación de la ciudad.
Colección GHL 93 con vistas al Parque 93, con interiores de inspiración escandinava, ventanales, ropa de cama suave y espacios comunes llenos de luz. La terraza del desayuno ofrece vistas panorámicas del parque.
Sofitel Bogotá Victoria Regia trae la elegancia francesa a los Andes. Las habitaciones son serenas y están perfumadas con orquídeas, el servicio es intuitivo y el spa invita a relajarse tras largos días de exploración.
Residence Inn by Marriott Bogotá es ideal para estancias más largas. Las suites parecen elegantes apartamentos con cocina y salón, que combinan el diseño moderno con la comodidad.
Casa Dann Carlton Hotel & Spa encarna la sofisticación clásica de Bogotá. Suelos de mármol, iluminación suave y un spa con tratamientos holísticos lo convierten en un oasis para los viajeros que buscan refinamiento.
Hotel Coco, cerca de la calle 85, es alegre y elegante a la vez. Las terrazas en la azotea, las listas de reproducción seleccionadas y los interiores que combinan madera, vegetación y detalles de diseño lo hacen ideal para los viajeros preocupados por el diseño.
JW Marriott Bogotá ancla la Zona G en el lujo cosmopolita. Sus magníficos interiores, su excepcional servicio y sus restaurantes garantizan una experiencia de lujo sin salir del hotel.
Planifique su viaje al norte de Bogotá con Cielo Travel
Desde cócteles en las azoteas de la Zona T hasta íntimas catas de café en Teusaquillo, el norte de Bogotá invita a los viajeros a explorarla a su propio ritmo. Es una ciudad donde cada calle cuenta una historia, cada café bulle de creatividad y cada comida es una experiencia sensorial.
En Cielo Travel elaboramos itinerarios que revelan el corazón más refinado de Bogotá: estancias diseñadas para sumergir al viajero en el pulso de la ciudad. Cada rincón, desde las calles adoquinadas hasta los elegantes tejados, se elige para inspirar asombro, reflexión y deleite.
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Somos creadores, estrategas y exploradores unidos por el amor a Colombia y la pasión por contar historias. Desde productores de contenido y expertos en marketing hasta gestores de tours, damos vida a tu viaje —o a tu marca— de principio a fin.
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